jueves, 17 de junio de 2010

De nuevo...Héroes Del Silencio.

En Chile, después de algo más de 15 años, vuelvo a reencontrarme con la que fue razón para escuchar música a todas horas todos los días. Y es que resulta que a mi sobrino (sobrino de mi mujer), le encantan los Héroes.
Él es músico, guitarrista, más bien tirando a heavy, pero en el ejercicio, que en algún momento de la historia hacen todos los amantes de la música, de conocer nuevas tendencias, nuevos estilos, se encontró con la música de estos zaragozanos. Y, de paso, me ayudó a reconciliarme con ellos.
Hace más de 10 años que se separaron, Enrique Bunbury tiene ya unos cuantos discos a sus espaldas y ni hablar de Héroes, yo, por mi parte, me separé de ellos para descubrir de verdad el inmenso mundo de la música, que es grandioso y astronómico, después de haberme pasado unos 5 años escuchando única y exclusivamente sus canciones, de pretender imitar en estilo y comportamiento a ese cuyo apellido real es casi impronunciable (Ortiz de Landázuri Izardui), y que tiró de un recurso inventado por Oscar Wilde en su divertida obra de teatro llamada "La Importancia De Llamarse Ernesto", el "Bunburismo", y hoy me llena de melancolía cada vez que me dirijo al Camino Del Exceso por esos Senderos De Traición, mientras siento una Avalancha de sensaciones y de recuerdos de aquella época de oro de mi propia Fuente De Esperanza.
Mi sobrino también canta, y versiona muchas canciones de los Héroes, y, desde su perspectiva, ahora me parecen mucho mejores los temas, mucho mejores las letras, mucho mejor su intención y, por supuesto, muchísimo mejor la música y el entrañable sopor adolescente que va creciendo desde El Mar No Cesa y termina por morir decrépito y satisfecho en Avalancha.
Ahora Héroes Del Silencio ya no existen, a Juan Valdivia le perdí la pista después de que sacara un magnífico disco como guitarrista solista ("Trigonometralla"), de Pedro Andreu sólo sé que formó parte de un grupo llamado "Pura Vida", y Joaquín Cardiel parece que vive feliz como anacoreta junto a su familia por las montañas de allende los mares. La última gira que hicieron (2007), me la perdí, con mucha pena y rabia, pero me tuve que joder, y desaparecieron para mí.
Por eso quiero agradecerte, Nacho, que me hallas entregado el regalo de la memoria, la regresión hacia mi adolescencia, el despertar del placer de "siempre lo mismo", muchas gracias.

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