martes, 8 de junio de 2010

David es Goliath

Otra vez los que nunca aprenden se toman la justicia por los huevos. Algo más que la esvástica y los estandartes con el aguilucho tenían en común Adriano y Hitler: ambos quisieron acabar con el pueblo judío. Los Palestinos pensarán: ¿por qué no lo consiguieron?
Simple y llano: Bicho malo nunca muere.
La cucaracha tantas veces pisoteada y aplastada, ha conseguido por fin lo que siempre quiso, vengarse. Da igual de quién, da igual cómo, pero el sino de los judíos ha sido siempre vengarse. Claro que para ello antes tenían que procurarse enemigos. Cuando todas las etnias judías se unieron, dejaron de encontrar al enemigo en su casa, en la cama de su mujer o metido en el coño de su hija. Pero pronto aparecieron otros, enemigos grandes, como los egipcios o los romanos. Es evidente que, al ser tan grande su enemigo, siempre terminaban por darles por el culo y mandarles a la mierda, pero en ese eterno viaje a la mierda misma, hoy conocida como Europa, se encontraron con el peor de los enemigos grandes: los nazis. Realmente ellos sí que les dieron por el culo, a ellos y otros millones más, gitanos, pobres, extranjeros, nacionales, niños, viejos... Pero éstos otros no llevaban tanto tiempo siendo enemigos tomados por culo, los judíos supieron llorar más que nadie, supieron hacerse escuchar más que nadie, supieron dar más pena que nadie. Y consiguieron que papá Sam y mamá Britania les envolvieran los cojones con algodón y napalm.
¿Dónde queréis que ponga vuestro imperio?
Dónde si no, rodeado de enemigos, pero esta vez, por favor, que sea un enemigo al que podamos nosotros dar por culo, tenemos el ojete un poco dilatado ya.
Y les pusieron en el lugar de donde ya les habían echado hace más de 1.200 años. Un lugar rodeado de enemigos pobres, un lugar abusado por la naturaleza y el hombre. Con un poder armamentístico del copón, por si acaso, y con los dirigentes más fascistas que Hitler, o Mussolini, o Franco hubieran deseado para sus filas.
Pero tuvieron buenos maestros, ahora ellos utilizan los mismos métodos de aniquilación, mutilación, tortura y exterminio que sus colegas nazis, y los aplican con disciplina contra los mismos pobres muertos de asco que eran ellos mismos en el holocausto, o eso es lo que se cree la sociedad.
Y esto se escribe cada día desde hace ya casi 70 años, manda huevos. Y el puto mundo no hace nada. Como diría mi hermano: ¡Esos misiles están cogiendo polvo, hay que apretar el botón rojo pero ya!
Para los que no lo sepan, la imagen de la izquierda son soldados nazis, el niño judío. En la imagen de la derecha el soldado es judío, el niño palestino. ¿Quién te da más pena?

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