jueves, 25 de diciembre de 2014

Volviendo a volver


Después de tanto tiempo al fin...he vuelto y, decidido a volver en serio, escribo para que veáis todos, los tropecientos millones que me seguís, que sigo vivo. Muy cabreado por dentro, con los güevos no cuadrados, icosaédricos diría yo, de tanta injusticia, tanta ratería, tanta corrupción...pero sobretodo por tanta soplapollez estúpida y mamonería que tanto define la insoportable levedad del ser.

La última vez que escribí aquí, amén de alguna publicación púber-revolucionaria (que, como la misma revolución a la que hacía referencia, no fue más que agua de borrajas), dejaba ese santo país llamado Chile (y lo dejé bien dejado, insultado, vilipendiado y ultrajado...) en busca de una vida mejor, o diferente, en ese eterno letargo futbolístico y mercantil que es España. Pues bien, he de decir que ha sido una de las experiencias más desagradables y deprimentes de mi historia así como uno de los aprendizajes con más resuello de la misma.
Desagradable porque, a pesar de no creer y hacer oídos sordos a todas esas voces que me decían que estaba muy mal la cosa, que no me fuera para allá, el querubín con pañales y cabeza de carnero se montó en la nube exprés línea directa desde lo desconocido hasta lo por conocer, y, arrastrando un sin fin de inocentes en su camino, llegó a su destino.

La primera impresión, nada más llegar a Barajas debió de haberme servido de señal, cuando aquellos apuestos y fornidos (no diré que educados y señoriales, pues no es plan de mentir descabelladamente) agentes de la ley de aduanas, pusieron en duda mi nacionalidad y sospecharon de mí y de mi familia y nos tuvieron más de una hora retenidos sin permiso ni para ir a mear, pero no hice caso.

La segunda impresión, esa queja de magnitud astronómica que hiede por doquier y que envenena los oídos desde la consciencia hasta la mejor de las pesadillas, debería haberme servido de señal, cuando comencé a escuchar decir a todo el mundo la famosa frase, muy española todo hay que decirlo de : "...pero en fin...qué le vamos a hacer...así es la vida" como colofón a una sarta de críticas durísimas de corte socio político, pero no hice caso.

Con la tercera impresión estuve casi a punto de darme con un canto en la piñata, cuando tardé más de séis meses en encontrar el que ha sido el peor trabajo de mi vida, eso debería haberme servido de señal, cuando ni siquiera los chinos me contrataban y en el único trabajo en el que podía verme, tenía que pagar para hacerlo, yendo y viniendo currículum en mano por tiendas, bares y lugares de dudosa honradez, perdiendo el tiempo como si de un nuevo deporte olímpico se tratara, asistiendo a entrevistas de trabajo concebidas para no ser más que pantomimas rellenaplanilladeexcel que aseguran que la empresa de Paquito respeta sus deberes para con los ciudadanos más necesitados haciendo entrevistas que no son más que pantomimas rellenaplanillasdeexcel que...en fin qué se le va a hacer...así es la vida...al final encontré un trabajo (día-tarde-noche) que me permitía pagar un pisito para emanciparme con mi familia y...y ya, sólo me daba para eso.

Así que volví a la que en realidad puedo considerar más mi patria, pues me ha dado más de lo que otra "patria" pueda ofrecerme. Mucho ha pasado en realidad desde que he vuelto. Tiempo, gente, trabajos y demás demases. Pero ahora me da otra vez por escribir y retomar este mi sitio de opinión que tanto desahogo me ha producido. Espero poder mantenerlo de nuevo y ponerlo al día, poco a poco, para todos vosotros, los tropecientos millones que me seguís.

No hay comentarios:

Publicar un comentario