Ni en mis más suculentas pesadillas de noches de descontrol y fuego perdido, había pensado yo que iba a escribir en este, nuestro sitio, acerca de algún presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.
Pero este es el momento ideal, vamos a darle duro. Una vez un tipo, más raro que un perro verde, me dijo que lo que él haría para acabar con el racismo sería pillar a un negro y a un blanco, despellejarlos y colgarlos a los dos en un palo. Entonces llamaría al Ku Klux Klan y les obligaría a elegir y salvar al blanco. Ingenioso, ¿no?. Bueno, ahora hagamos el ejercicio contrario; pillemos una calavera cualquiera y coloquémosle encima la piel de un hijo de puta blanco, no sé, George W. Bush, por ejemplo, y luego le colocamos el pellejo de un hijo de puta negro, llamémosle pongamos que Barack Obama. ¿Alguna diferencia...?
Efectivamente, no la hay. Un hijo de puta será siempre un hijo de puta, aquí y en Pernambuco.
Ahora resulta que este hijo de puta, que por cierto es negro, y tiene nombres musulmanes, por si alguien aún no se había dado cuenta, ha MATADO a Osama Bin Laden. Uno no piensa que alguien que es "responsable" de casi 3.000 muertes sea un pobrecito de la vida, pero debió habérselo pensado cuando la Agencia de ¿Inteligencia? Estadounidense (CIA) le contrató y entrenó para armar y liderar a los afganos en su guerra de independencia de la antigua URSS. Claro que en esas épocas el enemigo público número uno era un ruso con cara de pocos amigos, cagado de frío y de hambre después de ayudar a sus verdugos a terminar con quien, según muchos, fue el asesino más sanguinario y depravado de la historia de la humanidad (evidentemente me refiero a A. Hitler). Parece que estos yankees de mierda no saben mucho de historia, claro, como los verdaderos sanguinarios de la historia existieron antes que ellos, esos no cuentan (véase Genghis Khan, Calígula o Nerón, Artajerjes, Karadjordjevic, Tito o el mismísimo Mao Zedong). El caso es que ahora resuena en la cabeza de todos la noticia: ¡Bin Laden está muerto! Lo han matado los honorables e intrépidos vacas-burra de los marines yankees de un certero tiro en la sien. Así rezan, por lo menos en Chile, los titulares de todos los diarios de tirada nacional (que son pocos y todos propiedad del presidente del gobierno, Sebastián Piñera, quien, por cierto, es un mega lame culos de los yankees). Dicen que han comprobado su identidad y después lo tiraron al mar. ¿Al mar? Eso me suena...
Los musulmanes, y sobre todo los extremistas radicales, han puesto el grito en el cielo, pues en sus rituales funerarios requieren del cuerpo para darle un funeral digno, no tan pomposo como los que se le pueda dar a un soldado que lleva siete años asesinando mujeres y niños en un país cuyo único pecado ha sido poseer tierras ricas en combustible fósil, del cual los putos yankees de mierda se quieren adueñar, no, es un funeral más bien místico, con cánticos y oraciones, para despedir el alma del difunto como debe ser. Pero Bin Laden no merece eso. Lo dice un tipo, negro y con apellidos musulmanes, que, después de ser el actual líder del ¿mundo libre? y continuar con sus guerras de interés petrolero, ostenta ni más ni menos que el premio Nobel de la paz. ¿La paz?
Eso de los juicios justos para todo el mundo... es pura patraña para el tonto que se lo quiera creer, a un tipo que llevan buscando 10 años (el supuesto ejército mejor dotado de la historia moderna con el supuesto mejor servicio de espionaje e inteligencia) en cuevas y agujeros del oriente islámico. Finalmente lo han encontrado, pero no en una cueva, sino en una mansión, qué cabrón, ¿eh? En una mansión... Obama dice: ¿Cómo es posible que este hijoputa viva tan tranquilo en una mansión? desde el despacho Oval de la Casa Blanca, una vivienda modesta y humilde que le entregan para que viva al líder del ¿mundo libre?.
Lo más curioso es que el mes pasado estuvieron presentando ya el proyecto final de lo que será el nuevo World Trade Center, en el que se emplazaban las torres gemelas que la CIA (huy perdón, me refiero a los malditos e intransigentes musulmanes que no merecen vivir en su mundo) derribaron matando a casi 3.000 inmigrantes (la mayoría hispanos y chinos) y que dejaron en la bancarrota a varias empresas internacionales, la mayoría chinas (¿da para pensar sabiendo que EEUU tiene deuda externa con tan sólo un país, China?). Además de que este Septiembre, dos días después de mi cumple, por cierto, se celebra el décimo aniversario del fatídico ataque terrorista de la CIA (otra vez! perdón, quiero decir de los desalmados y aperrados musulmanes que no tienen compasión de la gente ni de sus familias).
Concluyendo con esta astronómica pérdida de tiempo, no me creo ni harto vino que Bin Laden esté muerto. ¿Por qué sino no han mostrado su cuerpo deformado y maltratado como lo hicieron con Ṣaddām Ḥusayn, o lo han llevado a ese resort vacacional caribeño que llaman Guantánamo y le han vestido de naranja butanito y lo han humillado y vilipendiado a lo largo y ancho de los medios comunicacionales del mundo para que quede claro que está bajo custodia hasta que se le dé un juicio justo y pertinente? ¿Por qué se jactan de que lo han matado de un tiro en la cabeza y, después de hacer esto, han comprobado su identidad, por medio del siempre infalible ADN (es como la alquimia del siglo XV, es la ostia puta) y después de todo esto van y tiran el cadáver al mar imposibilitando al ¿mundo libre? a que se cerciore de su muerte y se quede tranquilo, amén de obligar a su familia a realizar un funeral sin el cuerpo, lo cual, reitero, es costumbre en su pueblo? ¿Por qué me da a mi en las orejas que después de esto va a haber otra guerra con intereses, ocultos por supuesto, petroleros? (Será Libia, será Libano, será Palestina, ah no que este último no tiene derecho ni de existir con nombre propio, se me olvidaba)
Pues no señores, no olvidemos que Bin Laden pertenece a la familia real saudita, hermanos de contrato y firma de sangre, ante el diablo acojonado y tembloroso, de tratos millonarios con EEUU, y está más salvaguardado que la joya de la corona en Buckingham. Vamos que mi pene no está más seguro en mis pantalones de lo que está ahora Alfredito Fernández (o como sea que se llame ahora el antes conocido como Osama Bin Laden). Seguramente se encuentre en territorio estadounidense (Hawaii o algún otro protectorado paradisíaco yankee) con otra cara y otro rostro y otra identidad, más agusto que un arbusto sabiendo que cualquier ciudadano del ¿mundo libre? le podría increpar por la calle por lo que hizo bajo el mandato de la CIA (huy, otra vez se me escapó, quería decir que los hijos de puta de los yankees, en su afán de dominar el mundo y sus recursos más valiosos, son capaces de fingir un ataque terrorista en su propio suelo y matar muchos, e insignificantes, inmigrantes trabajosos y, de paso, quebrar alguna que otra empresa china a fin de que no le pidan de vuelta el dinero que se les debe, y convencer al resto de bobos crédulos y aletargados de que el malo es otro, ¡anda, esto me suena también! y así quedarse con todo el oro y el moro, bueno al moro mejor lo matan, o se lo inventan, y un problema menos, qué cojones, y sacarse de la manga guerras inhumanas en las que mueren, sobretodo, mujeres y niños inocentes, acabar con regímenes perniciosos para la concreción de sus planes y continuar con su dominio lleno de dogmas, odio y represión)
Como lo dicen los yankees, lo tenemos que creer. La Virgen era virgen y Bin Laden está muerto, por los cojones!! Esperemos que la guerra que se saquen ahora de la manga los yankees de mierda sea la última para ellos y yo, un ser humano corriente, consciente y moliente, pueda ver también la caída del imperio yankee y su ruina y su debacle y su putrefacta ausencia de aceptación, eso sí, ese imperio va a caer como gato panza arriba, intentando arrasar todo lo que pueda antes de desaparecer.
¡QUE SE PREPARE EL MUNDO QUE ESOS MISILES LLENOS DE POLVO ESTÁN A PUNTO DE ESTRENAR EL POCO OXÍGENO QUE NOS QUEDA PARA LLENAR DE HONGOS ESPUMOSOS EL PLANETA Y DEJAR ESCRITO OTRO EPISODIO TRISTE Y DEVASTADOR EN LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD!
Ha sido un verdadero placer conoceros a todos, y a los que no, que les den por el mismísimo ojete.
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